El Juzgado de lo Penal número seis de Las Palmas ha dictado una sentencia que condena a un vecino de Agüimes a dos años de prisión por delitos relacionados con la fauna. El acusado fue hallado culpable de tenencia de animales exóticos sin licencia y tráfico ilegal de especies protegidas. Además, un residente de Tenerife recibió una multa por vender una iguana cornuda, especie tóxica invasora.
La sentencia detalla que en diciembre de 2021, agentes del Seprona de la Guardia Civil realizaron un registro en la vivienda del acusado en Agüimes. Allí encontraron 46 ejemplares de animales exóticos, protegidos o peligrosos, junto a diversas cucarachas y aproximadamente doscientos roedores. Entre los animales había especies potencialmente peligrosas como una tortuga mordedora aligátor, un varano de cabeza amarilla y un monstruo de Gila.
Venta ilegal de iguana cornuda en Tenerife
El fallo también menciona que el residente de Agüimes adquirió una iguana cornuda en enero de 2022 de un vecino de Güímar, Tenerife. Esta venta está prohibida debido a que la iguana cornuda es una especie tóxica invasora. Ambos acusados han sido inhabilitados para ejercer profesiones relacionadas con animales, el de Agüimes por tres años y el de Güímar por dos años.
La lista de animales encontrados en la vivienda del acusado grancanario era extensa e incluía caimanes de Cuvier, un cocodrilo enano africano, serpientes pitón reticuladas, una cobra real, y varias especies de víboras y serpientes. Además, se hallaron tarántulas chilenas y de patas rojas, y dragones barbudos, todos sin las licencias necesarias.
La falta de instalaciones adecuadas para la contención de estos animales representaba un riesgo significativo. El acusado carecía de terrarios y medidas de seguridad ante posibles fugas, lo que agravó su situación legal. La tenencia de estos animales sin la debida autorización constituye un delito grave contra la fauna.
Especies invasoras y su impacto legal
El tráfico de especies protegidas es una actividad ilegal que pone en riesgo la biodiversidad y la seguridad pública. La sentencia busca disuadir estas prácticas mediante penas de prisión y multas. La iguana cornuda, al ser una especie tóxica invasora, representa un peligro adicional para el ecosistema local.
La condena refleja el compromiso de las autoridades con la protección de la fauna y la aplicación estricta de las leyes ambientales. Las medidas de inhabilitación para trabajar con animales buscan prevenir futuros incidentes similares y proteger la biodiversidad del Estado español.
Este caso subraya la importancia de cumplir con las normativas de tenencia y comercio de especies. La sentencia es un recordatorio de las consecuencias legales que enfrentan quienes violan las leyes de protección de la fauna y participan en el tráfico ilegal de especies.






