El expresidente de Estados Unidos, Joe Biden, de 82 años, ha sido diagnosticado con una forma agresiva de cáncer de próstata con metástasis ósea, según confirmó su oficina personal en un comunicado divulgado el domingo 18 de mayo. La noticia ha generado una ola de reacciones de apoyo tanto en el ámbito político como social, y ha reavivado el debate sobre la salud de los líderes de alto perfil en el país.
Biden acudió a una evaluación médica la semana pasada tras experimentar síntomas urinarios agravados. Los exámenes revelaron la presencia de un nódulo en la próstata, y el viernes se confirmó el diagnóstico de cáncer de próstata con una puntuación de Gleason de 9 (Grupo 5), el máximo en la escala de agresividad tumoral, lo que indica un cáncer de alto grado y rápido crecimiento. Además, el cáncer ya se ha diseminado a los huesos, lo que lo clasifica como enfermedad metastásica o en etapa 4, la más avanzada de este tipo de cáncer.
La oficina del expresidente detalló que, a pesar de la gravedad del diagnóstico, el cáncer parece ser sensible a las hormonas, lo que abre la puerta a opciones de tratamiento efectivas, principalmente terapias hormonales. Biden y su familia están revisando alternativas terapéuticas junto a su equipo médico, que podrían incluir también quimioterapia y radioterapia, según expertos consultados por medios estadounidenses.
El cáncer de próstata es uno de los más comunes entre los hombres en Estados Unidos, y aunque suele diagnosticarse en etapas tempranas, la variante metastásica como la que padece Biden es menos frecuente y presenta un pronóstico más reservado. La tasa de supervivencia a cinco años para casos metastásicos ronda el 37%, frente al 97% de los casos localizados.
Reacciones y mensajes de apoyo
Biden compartió un mensaje en la red social X agradeciendo el apoyo recibido: “El cáncer nos afecta a todos. Como muchos de ustedes, Jill y yo hemos descubierto que somos más fuertes en los momentos difíciles. Gracias por levantarnos con su amor y apoyo”. Políticos de ambos partidos, incluido el expresidente Donald Trump, han expresado públicamente sus deseos de pronta recuperación para Biden, subrayando el tono bipartidista del respaldo en este momento.
La salud de Biden ha sido objeto de escrutinio durante y después de su presidencia, especialmente tras su retiro de la campaña de reelección en 2024. El diagnóstico llega en un momento en el que el expresidente había retomado su vida privada en Wilmington, Delaware, y tras años de activismo en la lucha contra el cáncer, una causa personal marcada por la muerte de su hijo Beau en 2015.
El caso de Biden pone de relieve tanto la prevalencia del cáncer de próstata como la importancia de la detección temprana y los avances en tratamientos, así como el impacto personal y social de la enfermedad en figuras públicas de relevancia nacional.
Cancer touches us all. Like so many of you, Jill and I have learned that we are strongest in the broken places. Thank you for lifting us up with love and support. pic.twitter.com/oSS1vGIiwU
— Joe Biden (@JoeBiden) May 19, 2025
