Pamplona Actual

Todas las medidas del modelo sueco para acabar con el tabaquismo que las tabaqueras no quieren que conozcas

Por Ubaldo Cuadrado y Raquel Fdez. Megina, Vicepresidente y Presidenta de Nofumadores.org

Publicado: 27/12/2024 ·
09:37
· Actualizado: 27/12/2024 · 12:16

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Exterior de un centro comercial en Suecia

Un mupi recordando la prohibición de fumar en espacios públicos

Una terraza libre de humo en Suecia

Las tabaqueras no es que mientan, simplemente ¡jamás dicen la verdad! De los creadores de éxitos como “el tabaco no produce cáncer de pulmón” o “el agua del grifo es más dañina que el humo de segunda mano” llega ahora a sus pantallas “el modelo sueco para conseguir un país libre de humo se basa en el snus y, por tanto, queremos inundar Europa con nicotina sintética”. El departamento de propaganda de estas corporaciones cuyo producto mata ocho millones y medio de personas en todo el mundo, deforesta el planeta,  contamina el fondo de los mares con sus colillas y condena a la miseria a los agricultores africanos, se ha pasado los últimos años comprando páginas en los principales medios nacionales, faltos de fondos y de escrúpulos, para colarnos sus publirreportajes sobre un “modelo sueco” que tiene luces, algunas sombras, y muy poco que ver con la película que nos cuentan. 

Las tabaqueras presentan en sus publirreportajes a Suecia como un país libre de humo, pero,  ¿lo es? La OMS considera a un país como “libre” de la plaga del cigarrillo cuando la población fumadora desciende por debajo del cinco por ciento. El consumo actual en Suecia está en torno al once por ciento. El seis por ciento de la población fuma a diario y un cinco por ciento lo hace ocasionalmente. Por tanto, la prevalencia del consumo de cigarrillos es baja, pero no tan baja como afirma, por motivos espurios, la industria tabacalera. El 25 por ciento de la población consume productos de tabaco o nicotina. 

La espectacular caída en la prevalencia de tabaquismo que experimentó este país entre 1980 y 2016, según la Agencia de Salud Pública de Suecia, se debe al conjunto de medidas disuasorias y a las leyes restrictivas que se han ido aplicando. El país nórdico fue uno de los primeros estados que prohibió fumar en los lugares de trabajo en 1993, algo que en España no se consiguió hasta 12 años más tarde. Además, a partir de 2005 más y más espacios compartidos fueron declarados espacios libres de humo. Eso incluyó estadios (cosa que aún no ha sucedido en España), paradas de autobús y el interior de la hostelería. En 2019, Suecia fue el primer país de la UE que amplió los espacios libres de humo a todas las terrazas de hostelería, ya fuesen cerradas o abiertas. Se trata, ésta última, de una medida por la que Nofumadores, en particular, y toda la comunidad de control de tabaco, en general, lleva peleando más de una década. Por supuesto, los publirreportajes de BAT o Philip Morris no mencionan estos datos. Es la desnormalización del tabaco en los espacios lo que más incide en la caída. 

Existe otra pata, fundamental, en las políticas de control de tabaco en Suecia, y ésta es el cumplimiento estricto de las normas. El peso de la ley y el esfuerzo de las administraciones hacen prácticamente inviable la venta a menores y se respetan los espacios sin humo. Así se crea cultura. En el país nórdico fuma a diario tan solo el tres por ciento de los jóvenes entre 16 y 29 años, y el 6.8 por ciento es fumador ocasional. En España, la encuesta ESTUDES 2023 refleja que un 21 por ciento de los adolescentes entre 14 y 18 años fumaron en los últimos 30 días, y que un 7.5 por ciento lo hace a diario. Ahí está buena parte de la respuesta a por qué no somos Suecia en relación al tabaco. Este consumo de cigarrillos se produce a pesar de la prohibición existente de vender tabaco a los menores de edad, quienes acceden fácilmente a ellos a través de las máquinas expendedoras. Por otra parte, la venta de tabaco suelto también está prohibida en España, pero la realidad es que se pueden adquirir en multitud de comercios de conveniencia, y los estancos no piden el DNI. No podremos rebajar la incidencia del tabaquismo, ni conseguir la primera generación Libre de Tabaco hasta que la administración no ponga los medios para evitar la venta sistemática a menores de cigarrillos o de otros productos de nicotina. 

Además, las terrazas de hostelería en España son territorio comanche, dejando sin herramientas al agredido. Y se fuma en residencias de ancianos, centros de menores y hospitales en contra de la ley. Por supuesto que queremos ser Suecia a nivel de cumplimiento y no la república bananera al servicio de corporaciones dañinas que somos ahora. Véase el ejemplo de la CCAA de Extremadura, o la de Canarias, en la cual los políticos de todos los partidos se alinean con los intereses de las tabaqueras.

Otra de las grandes diferencias que existen con Suecia es que allí, desde 1998, los fumadores reciben una asistencia gratuita y universal para dejar de fumar. España avanza en ese sentido lentamente y con gran dificultad. Hasta 2020 no se consiguió que la Seguridad Social incluyese los medicamentos para dejar de fumar. Se hizo, además, de forma muy parcial, ya que solo se ofrece a los grandes fumadores que hayan hecho un intento previo de dejar de fumar. Esta medida se ofrece, generalmente, sin los apoyos conductuales necesarios, lo cual disminuye su efectividad. Desde Nofumadores.org, además, llevamos años pidiendo que exista una línea telefónica de apoyo para dejar de fumar, disponible para toda la población, cosa que sí existe en Suecia.

El snus, o bolsas de nicotina sintética, no son el motivo por el cual Suecia tiene una prevalencia de tabaquismo tan baja. De hecho, el país ha experimentado un brusco incremento en su uso desde que el snus blanco empezó a comercializarse en 2016, sin ningún tipo de regulación, de la misma forma que se está haciendo ahora en España. El aumento de su consumo ha sido especialmente elevado entre las mujeres jóvenes, las cuales históricamente nunca habían consumido snus (del marrón, se entiende). A la par, los cigarrillos electrónicos arrasan entre los menores y los jóvenes adultos. Es decir, muchos de los jóvenes que empiezan a consumir productos con nicotina adictiva no eran fumadores. Los responsables de Salud en Suecia se echan las manos a la cabeza, igual que nos la echamos en Nofumadores.org, ante productos simbióticos con el ecosistema del cigarrillo e impulsados por la propia industria para perpetuarse en el tiempo y burlar legislaciones restrictivas.

Según la Agencia de salud Pública sueca el uso de snus marrón (tabaco húmedo) se ha mantenido relativamente constante, pero el uso de snus blanco (bolsas de nicotina) y cigarrillos electrónicos ha aumentado significativamente entre los jóvenes en los últimos años. Además, desde que en 2016 se introdujeron las bolsas de nicotina sintética se ha observado un incremento en la proporción de jóvenes que fuman cigarrillos. Por lo tanto, aunque el consumo diario haya disminuido, el uso combinado de tabaco y nicotina sigue siendo relativamente alto. Por ello la Agencia afirma que, para reducir el consumo, es necesario abordar todos los productos, por lo que la nicotina no medicinal debe estar incluida en los futuros esfuerzos de prevención.

Por supuesto, el sustancial incremento del uso de productos de nicotina no medicinales en Suecia, con el snus como novedad, es una amenaza que se cierne sobre Europa. La película no es la que cuentan las tabaqueras, sino la de las frías estadísticas que muestran cómo una nueva generación se convierte en adicta a la nicotina. El modelo sueco es visto por las tabaqueras como la oportunidad para extender el snus por toda Europa, atribuyendo falsamente a su uso las bajas cifras de prevalencia en este país, y seguir poniendo piedras en la rueda del control del tabaco, mientras se oponen, presionando a gobiernos nacionales y a la UE, a cualquier de las medidas suecas que sí funcionan y que no son otras que las que siempre ha propugnado la comunidad de control del tabaco. 

En conclusión, la película que la industria tabaquera quiere que vayamos a ver se titula “En busca de un país sin humo”, sin embargo, la peli para la que deberíamos comprar entradas se titula “Un país sin tabaco y sin nicotina”. El objetivo jamás debería ser cambiar una adicción por otra, sino vivir libre de ambas.

Nofumadores.org, es una asociación sin ánimo de lucro, líder en España en la defensa de los fumadores pasivos miembro de ENSP (European Network for Smoking and Tobacco Prevention) y colaborador del CNPT (Comité Nacional para la prevención de tabaquismo). Ganadora del premio del Día Mundial sin Tabaco 2022 otorgado por la OMS.
 

 

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