El presidente estadounidense Donald Trump ha desatado una tormenta económica global al firmar una orden ejecutiva que impone aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, y del 10% a las de China. Esta medida, que entrará en vigor el martes 4 de febrero, marca el inicio de lo que podría convertirse en una guerra comercial a gran escala.
Trump justifica esta acción drástica argumentando la necesidad de combatir el flujo de drogas, especialmente el fentanilo, hacia Estados Unidos. La Casa Blanca ha llegado incluso a acusar al gobierno mexicano de tener una "alianza intolerable" con los cárteles del narcotráfico, una afirmación que ha sido categóricamente rechazada por la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
Los aranceles afectarán a prácticamente todas las importaciones de estos países, con la excepción del petróleo y gas canadiense, que recibirán un gravamen del 10%. Esta medida podría tener graves repercusiones en sectores clave como el automotriz y el energético. De momento no ha impuesto aranceles a las importaciones desde la UE, aunque no se descartan ya que el propio Trump aseguró esta semana en la Casa Blanca a preguntas de los periodistas que la UE había "tratado muy mal" a Estados Unidos.
Canadá anuncia aranceles similares en respuesta
La respuesta internacional no se ha hecho esperar. Canadá, por boca de su primer ministro Justin Trudeau, ha anunciado que impondrá aranceles del 25% sobre productos estadounidenses por valor de 155.000 millones de dólares. Esta contramedida se aplicará en dos fases: la primera, que afectará a bienes por valor de 30.000 millones de dólares, entrará en vigor el mismo martes; la segunda, que cubrirá los 125.000 millones restantes, se implementará tres semanas después.
Por su parte, México ha prometido una respuesta contundente. La presidenta Sheinbaum ha anunciado "medidas arancelarias y no arancelarias" en defensa de los intereses del país. Aunque no ha proporcionado detalles específicos, ha dejado claro que México no se dejará intimidar por las amenazas de Trump de aumentar aún más los aranceles si hay represalias.
China, por el momento, no ha emitido una respuesta oficial a los aranceles del 10% impuestos por Trump. Sin embargo, analistas anticipan que Pekín podría tomar medidas como restringir la exportación de materiales críticos para la industria tecnológica estadounidense.
Los expertos advierten que esta escalada arancelaria podría tener graves consecuencias económicas. Según estimaciones de la Tax Foundation, los aranceles anunciados supondrán un coste equivalente a 830 dólares por hogar estadounidense en 2025. Además, el impacto total de estas medidas podría alcanzar el 1% del PIB de Estados Unidos.
Para México, cuyas exportaciones a Estados Unidos representaron casi el 30% de su PIB en 2023, las consecuencias podrían ser particularmente severas. Analistas advierten que los aranceles podrían desencadenar una "crisis económica" en el país, con aumentos en el desempleo y los precios.
La situación actual plantea un panorama incierto para el comercio internacional. La amenaza de Trump de imponer aranceles adicionales a la Unión Europea sugiere que esta guerra comercial podría expandirse aún más. Mientras tanto, los líderes empresariales y políticos de todo el mundo observan con preocupación, conscientes de que en una guerra comercial de esta magnitud, como ha señalado el Ministerio de Comercio chino, "no hay ganadores".