Ante las incertidumbres de la geopolítica actual, la Economía de Impacto se perfila como una alternativa sostenible de apoyo a los colectivos más vulnerables que va mucho más allá de las convocatorias de ayudas o del patrocinio. Precisamente, este modelo se abre también al ámbito empresarial, gracias a su énfasis en la medición del impacto, la sostenibilidad medioambiental y los modelos éticos de gobernanza. De esta forma, combina el progreso social y medioambiental con la rentabilidad económica de los proyectos. Y Navarra no es ajena a este necesario cambio de enfoque.
De ahí que, con el objetivo de impulsar nuevos proyectos en este ámbito, Civican acogió este martes la jornada 'El camino navarro hacia la Economía de Impacto'. La iniciativa, impulsada por Fundación Caja Navarra , Fundación "la Caixa" y el Gobierno de Navarra , busca apostar por la innovación social para poner en marcha soluciones creativas y pioneras a la hora de afrontar los nuevos retos sociales que se plantean en la actualidad.
El presidente de la Fundación Caja Navarra, José Ángel Andrés , inauguró la cita poniendo el foco en el cambio cultural que supone fomentar la Economía de Impacto entre las empresas. "Es una nueva forma de comunicarnos entre las entidades, empresas y administraciones involucradas para dejar de pensar sólo en subvenciones y pasar a entender ese dinero como una inversión con rentabilidad. Además, dado que estamos sumergidos en épocas turbulentas, la Economía de Impacto nos brinda un refugio, ya que no responde a los parámetros actuales de la economía global", incidió.
Así mismo, la delegada en Navarra de la Fundación "la Caixa", Izaskun Azcona , hizo hincapié en la importancia de medir el impacto de ese dinero que se canaliza hacia los proyectos de triple impacto: "Porque a diferencia de la filantropía tradicional, que se basa en donaciones, la Economía de Impacto pretende que sí haya retorno gracias a instrumentos como los fondos de capital social o medioambiental, así como los bonos de impacto".
Precisamente, la presidenta de Navarra, María Chivite , realizó un llamamiento a entidades y empresas para que apuesten por la economía de impacto como una alternativa al "nacionalismo económico que defiende Donald Trump ", y cuya consecuencia más reciente es la guerra de aranceles. "Las medidas que utiliza Trump se basan en ganar competitividad mediante el establecimiento de barreras y en la eliminación de las políticas internas de accesibilidad, igualdad y sostenibilidad. Así que son ellos mismos quienes nos dan la respuesta. Las políticas de impacto son necesarias, no solo porque tienen un efecto social positivo, sino porque cada vez es mayor su efecto a favor de la competitividad empresarial", detalló.
EL PAPEL DE LAS ADMINISTRACIONES
Acto seguido, tuvo lugar la primera mesa que, bajo el título de 'Las entidades públicas ante el nuevo paradigma de la Economía de Impacto', fue moderada por el director general de Economía Social y Trabajo, Iñaki Mendióroz . Este diálogo contó con las intervenciones de Ane Miren de Ariño , directora de Emprendimiento e Internacionalización del Gobierno Vasco, y Jorge Martínez , director general de Intervención en la Diputación de Málaga.
De Ariño inició la ronda de diálogo con una reflexión acerca de su paso por iniciativas privadas como las de Naturgy o Repsol y su salto al sector público. Además, desarrolló una comparación entre los desafíos sociales y climáticos de Navarra y País Vasco , dos regiones tradicionales industriales. "La descarbonización es la problemática más urgente, porque debemos sobrellevar esa transformación sin perder competitividad. Pero no hay que olvidar tampoco el reto demográfico, que necesariamente pasa por la inclusión de personas migrantes en el mercado, y la necesidad de aumentar la presencia de mujeres en la industria", concretó.
Por su parte, la intervención de Martínez se centró en la iniciativa 'Málaga No Caduca', el primer contrato de impacto social en España dedicado a combatir la pobreza alimentaria. "En la actualidad, nuestra provincia cuenta con unas 50.000 personas demandantes de alimentos, pero se pierde mucha comida en las actividades hosteleras. El programa pretende resolver esta paradoja con una alianza entre varios actores públicos y privados. Es muy importante tener en cuenta que no todos están involucrados por las mismas razones, pero sí deben estarlo por el mismo objetivo", apuntó.
INVERSIÓN “PACIENTE”
En la segunda mesa, los representantes de instituciones que financian proyectos de impacto intercambiaron pareceres sobre su efecto tractor, más allá de la rentabilidad económica. Unas reflexiones que, además, reconocieron el papel del sistema social ante el rearme europeo y las tensiones comerciales con EEUU. Moderada por María Ángeles León , presidenta de Open Value Foundation y GSII , formaron parte de este diálogo Eugenio Solla , director de Sostenibilidad de CaixaBank y presidente de SpainNAB ; Yolanda Minguito , directora de Triodos Bank ; y Enrique García , responsable de Inversión de Impacto en Cofides .
Tras explicar la filosofía detrás de Triodos Bank, Minguito defendió la transparencia como un pilar en la labor de la banca ética e incidió en el papel insustituible de los indicadores de impacto. "En la situación macroeconómica actual, parece que se exige menos medir el efecto de los proyectos sociales que se han puesto en marcha. Es cierto que Europa ha sido muy burocrática en su manejo con sus ciudadanos y empresas, pero tampoco se puede negar la importancia de observar con datos el impacto de estas iniciativas", añadió.
Así mismo, Solla explicó que la sostenibilidad se materializa en la estrategia de CaixaBank a través de tres bloques: la financiación pura, con la inversión en proyectos de impacto social; la concesión de microcréditos a través de MicroBank , que "distribuye uno de cada tres euros en microcréditos en Europa"; y la inversión directa, ayudando también a "a captar y anclar inversiones de otras entidades". "Hablamos mucho en estos días de unidad europea en los mercados. Pero también es un momento de unidad para todos como ciudadanos y para que el colectivo de empresas del sector privado y del público trabajen de la mano, si cabe, más que antes", explicó.
Por último, García trajo a colación el concepto de "inversión paciente", que pretende romper con las expectativas de rentabilidades rápidas. "No nos valen los retornos rápidos porque no permiten medir ni el impacto ni su alcance económico; pero tampoco nos vale solo el impacto. Ahí es donde Cofides puede jugar un papel importante. Precisamente, usamos la financiación combinada (que mezcla capital privado y público para financiar el desarrollo) para ofrecer a nuestras empresas invertidas herramientas que les permiten medir el impacto obtenido", incidió.
DESAFÍOS DEL TERCER SECTOR
Tras la pausa del café, la mesa de las organizaciones sociales y medioambientales, moderada por Minguito, contó con las experiencias de Fernando Mudarra , director general de Fundación Tomillo ; Javier Güemes , director de Relaciones Internacionales en el Grupo Social ONCE ; José Antonio Naveros , director general de la asociación Arrabal ; y José Manuel Caballol , director general de Hogar Sí .
Mudarra inició el turno de intervenciones advirtiendo sobre el peligro de la polarización para las políticas de impacto, "ya que disminuye la importancia de la inclusión". Así mismo, admitió que es "muy complicado no reproducir la fragmentación que existe sobre las políticas" que inciden en los colectivos vulnerables: "En cualquier Administración, la educación, el empleo y la inclusión son departamentos estancos. En este sentido, necesitamos más alianzas en el tercer sector, así como apoyarnos en el diseño de proyectos evaluables y la ayuda de la tecnología".
Retomando la discusión sobre el impacto de la geopolítica actual, Güemes señaló que muchas problemáticas "ya son estructurales" y trascienden la situación actual. "Por ejemplo, el Fondo Social Europeo dejó de ser social para financiar todo tipo de iniciativas, como las que buscaban resolver la crisis poscovid. Esto hizo que se debilitara la apuesta por la financiación social en Europa, así como el control de su impacto. Estamos atestiguando una estrategia de autonomía europea que pasa, sobre todo, por reforzar infraestructuras sin tomar en cuenta los problemas sociales, que son una parte importante de ese objetivo", comentó.
Por su parte, Naveros reivindicó el trabajo de las asociaciones pequeñas y defendió una mayor "participación política" por parte del tercer sector: "Es un planteamiento que se lleva muchos recursos y mucha energía emocional. Pero hace tiempo vimos que cambiar la vida de las personas pasa por cambiar las políticas que les afectan. Ahora parece que está de moda invertir más en seguridad que en lo social, por lo que tenemos que buscar nuestro hueco en este contexto y ahondar en las alianzas no solo entre las asociaciones, sino también con otros sectores de la sociedad”.
En este sentido, Caballol desglosó las características de la alianza entre Hogar Sí y algunas asociaciones inmobiliarias para poner en marcha "el primer proyecto de socimi social" en España. "Ahora el reto es evitar que el problema del sinhogarismo no se descuelgue del debate actual sobre la crisis de vivienda. Por eso, delimitamos mucho nuestro ámbito de actuación para enfocarnos en estas personas vulnerables y nos centramos en trasladar la eficiencia económica de nuestro trabajo. Precisamente, por cada persona que atendemos, ahorramos 34.000 euros al sistema sanitario español", culminó.
INVERTIR EN IMPACTO SOCIAL
Durante la quinta mesa de debate, la presidenta de Open Value Foundation y GSII conversó con el presidente de Bolsa Social , José Moncada ; y Agustín Vitórica , CoCEO de Gawa Capital , para tratar de responder a una pregunta: ¿Qué busca un inversor de impacto en la economía social? Con la moderación de la directora general de SpainNAB, Mercedes Valcárcel , María Ángeles León defendió que una empresa social tiene que evolucionar y dejarse contaminar "positivamente" por el sector financiero, dando un salto hacia la profesionalización y el rigor. "No es fácil porque necesita asistencia técnica, pero precisamente ese tipo de organizaciones son las que buscamos", señaló.
Por su parte, Moncada aseguró que desde Bolsa Social respaldan a empresas de impacto social en sus primeras etapas, con un enfoque especial en los equipos impulsores, la claridad de su visión para resolver un problema social y el potencial de crecimiento del proyecto. "Apostamos por una rentabilidad integral: económica, pero también social y medioambiental", subrayó. Con respecto a su línea de financiación mediante deuda, otra de sus líneas de trabajo, agregó que ofrecen recursos complementarios a los de la banca tradicional, ajustados a las necesidades reales de las organizaciones a las que apoyan: "En esos casos, la financiación no es solo una cuestión de dinero, también implica generar impacto, lo que requiere ajustar adecuadamente las expectativas de retorno".
Vitórica comentó que ellos no respaldan iniciativas individuales, sino sistemas. "Vamos a comunidades vulnerables e invertimos para alinear los incentivos de todos los actores implicados (empresas, gobiernos, ONGs o entidades financieras) y transformar la vida de quienes forman parte de esas colectividades", remarcó. De esta forma, su objetivo son proyectos sostenibles y escalables liderados por personas con motivación social que, además, cuentan con productos, procesos y sistemas adaptados a las necesidades que deben enfrentarse. "En definitiva, no invertimos en empresas perfectas, sino en aquellas que pueden mejorar y ampliar su impacto. Y para eso, también aportamos asistencia técnica", remató.
LOS ACTORES DEL ECOSISTEMA
En el último foro, diversos actores se centraron en la temática 'El movimiento en torno a la economía de impacto: asociacionismo, intermediación, aceleradoras, emprendimiento social, asistencia técnica... todo un ecosistema'. Moderados por Susana Mañueco , responsable de Innovación Social en el Agirre Lehendakaria Center de la Universidad del País Vasco y Columbia University de Nueva York , intervinieron cuatro referentes dentro de sus respectivas líneas de actividad.
Valcárcel, director general de SpainNAB, subrayó la riqueza que aporta la diversidad del ecosistema de impacto, pero también advirtió de los desafíos que esto plantea. "Uno de los grandes retos es el lenguaje", afirmó, en alusión a la dificultad de entendimiento entre agentes muy diversos. Añadió que muchas empresas están desarrollando acciones con impacto sin ser conscientes de ello, y reclamó a la administración pública una mayor flexibilidad para facilitar el cambio. "El paso adicional que nos falta es generar nuevos instrumentos que permitan avanzar", concluyó.
En su turno, Ángel Pérez , socio director de Transcendent , hizo hincapié en que la Economía de Impacto se encuentra aún en una fase de aprendizaje. "Estamos en la versión 2.0 y nos damos cuenta de que esto es complejo, sin lógicas lineales. Somos exploradores y todavía nos queda mucho camino por recorrer", admitió para recalcar acto seguido la necesidad de contar con estructuras financieras híbridas que combinan recursos públicos, privados y concesionales y, de esta forma, dar respuesta a problemas sociales cada vez más complejos.
En esa misma línea, el cofundador de Ship2B Ventures , Xavier Pont , se refirió a la importancia de ampliar la base de actores implicados. "Esto acaba de empezar. Para escalar, necesitamos sumar a más gente", indicó. A su juicio, hay que hacer de puente entre sectores, actuar como bisagra para atraer perfiles que quizás no están movidos por la emoción, pero sí por el interés en generar impacto. "Hace falta más economía y más puntos de conexión", sentenció.
Mientras que Miquel Paladella , CEO de UpSocial , remarcó que cada problema social puede convertirse en un proyecto transformador, pero para ello es imprescindible superar la fragmentación del ecosistema: "Nuestra misión debe ser lograr un sistema más eficiente y coordinado en la resolución de los retos sociales".
UNA CLAUSURA CON COMPROMISOS
Finalmente, la jornada celebró su clausura institucional con una reflexión a cargo del director general de Fundación Caja Navarra, Javier Fernández Valdivielso. Comenzó agradeciendo la implicación de todas las personas y entidades que hicieron posible la jornada, destacando la colaboración con la Fundación "la Caixa" y el respaldo del Gobierno de Navarra. También puso en valor el compromiso de los equipos de trabajo y del Patronato de la Fundación, cuya implicación ha sido clave para posicionar a la entidad como un referente en el abordaje de los retos sociales actuales.
Valdivielso compartió una visión profunda sobre la complejidad del mundo actual, marcada por problemas multicausales, simultáneos y de rápida evolución. En este contexto, resaltó que "ya no valen fórmulas unidireccionales", y que los desafíos sociales deben ser abordados colectivamente, desde una colaboración generosa, sin egos, integrando al sector público, privado y al tercer sector. Apostó por una "innovación humanista" que combina ética, empatía y creatividad, entendidas como herramientas transformadoras al servicio del bienestar humano, el respeto a la diversidad y los derechos fundamentales.
Para concluir, desgranó los tres compromisos de las entidades organizadoras fruto de esta jornada: construir una comunidad de aprendizaje activa y plural basada en los ODS y el marco ESG; movilizar recursos económicos, públicos y privados para impulsar proyectos con impacto social y económico; y generar y transferir conocimiento de forma colaborativa con sistemas de medición rigurosos. "No siempre sabremos la solución, pero sí sabemos que el camino es la empatía, la ética, la creatividad y la colaboración", concluyó justo antes de invitar a todas las personas presentes a "sumarse a este esfuerzo colectivo por una sociedad más justa y equitativa".
SESIÓN DE LA TARDE
Por la tarde, la jornada continuó con dos mesas en las que los representantes del ecosistema de la Economía de Impacto nacional y navarro dialogaron sobre el futuro de la Comunidad foral. En concreto, discutieron sobre los pasos que hay que dar hacia modelos de colaboración dentro de cuatro ámbitos: el rol de las administraciones públicas ante la desigualdad y el cambio climático, la conveniencia de lo privado y lo público ante la Agenda 2030, las mejores prácticas de economía de impacto nacional y en el marco europeo, y la interpretación de las Intervenciones generales de la Ley de Contratación del Sector Público.