En un giro sorprendente de los acontecimientos, el expresidente Donald Trump ha propuesto que Estados Unidos "tome el control" de la Franja de Gaza, en una declaración que ha dejado atónitos a aliados y adversarios por igual.
Durante una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en la Casa Blanca, un líder muy cuestionado por el genocidio en Gaza, Trump delineó su visión para el futuro de Gaza: "Estados Unidos se hará cargo de la Franja de Gaza, y haremos un buen trabajo con ella. La poseeremos y seremos responsables de desmantelar todas las bombas sin explotar y otras armas peligrosas en el sitio, nivelar el terreno y deshacernos de los edificios destruidos".
El plan de Trump no se detiene en la simple toma de control. El expresidente visualiza una transformación radical de Gaza:"Creo que podría convertirse en la Riviera del Medio Oriente", afirmó Trump, evocando su pasado como magnate inmobiliario.
Esta propuesta implica la reubicación permanente de casi 2 millones de palestinos que actualmente residen en Gaza. Trump sugirió que podrían ser trasladados a países vecinos como Egipto y Jordania.
Reacciones y críticas
La propuesta de Trump ha generado fuertes reacciones en todo el mundo. Fareed Zakaria, analista de CNN, calificó los comentarios de Trump como "una fantasía de la derecha israelí". Por su parte, el senador Chris Coons fue captado frotándose las sienes con incredulidad. "Estoy sin palabras. Eso es una locura", comentó el senador de Delaware.
Esta declaración marca un momento significativo en la historia de la diplomacia estadounidense en Oriente Medio. La idea de un expresidente de EE.UU. respaldando el desplazamiento forzoso de palestinos de sus hogares es algo sin precedentes y podría tener graves consecuencias para la estabilidad regional.
El plan de Trump ha sido criticado por algunos como una forma de "colonialismo del siglo XXI", y plantea serias preguntas sobre el futuro de las relaciones entre Estados Unidos y el mundo árabe.