En una rueda de prensa organizada por el Punto de Información para personas Migradas (PIM-MIG) y Sos Racismo Nafarroa, junto a otras asociaciones, se denunció la situación crítica en la que se encuentran decenas de jóvenes migrantes tras la reciente prohibición del Ayuntamiento de Pamplona de pernoctar en el local de la calle Descalzos. Esta medida deja a estos jóvenes sin acceso a un lugar seguro para dormir, sin alimento y sin ninguna alternativa, empujándolos nuevamente a la calle.
Hace varias semanas, en la calle Descalzos se habilitó un local reformado como lugar de descanso, encuentro y oración, abierto a cualquier persona. Durante un tiempo, este espacio ha ofrecido a jóvenes en situación de calle la posibilidad de resguardarse, guardar sus pertenencias y sentirse acogidos. Vecinas y asociaciones locales se han involucrado activamente, proporcionando alimentos, clases de castellano, ropa y apoyo moral.
Sin embargo, la convivencia en el local no ha estado exenta de problemas, aunque según los convocantes, “menos graves que los que se dan en cualquier calle del Casco Viejo en las noches de fiesta”.
Afirman que "pese a los avances en la búsqueda de soluciones, ciertos medios de comunicación han aprovechado para alimentar la xenofobia, vinculando a los usuarios del local con problemas de seguridad y convivencia y perpetuando una criminalización basada en su origen y condición".
Los convocantes advirtieron sobre el peligro de normalizar formas de discriminación y discursos de odio, justificando la vulneración de derechos en nombre de la legalidad y la seguridad, “que sólo ampara a las clases privilegiadas”.
Los jóvenes migrantes, muchos de ellos atravesados por la Ley de Extranjería y sin reconocimiento de ciudadanía, llegaron a Pamplona buscando un futuro digno. No obstante, las normativas estatales y autonómicas les excluyen del sistema de protección social, dejándolos en una situación de vulnerabilidad intolerable en una comunidad que se jacta de su riqueza.
“Los intereses del Norte global empujan a las personas a salir de sus países de origen con una lógica colonial de expolio de recursos y deshumanización”, señalaron los convocantes, subrayando la paradoja de un sistema que facilita la libre movilidad para el turismo mientras impone un infierno burocrático y legal a los migrantes, condenándolos a una vida sin derechos básicos como el trabajo, la sanidad o la educación.
Durante la rueda de prensa, se destacó la labor de los colectivos sociales que, mediante iniciativas privadas y altruistas, están supliendo las carencias de una administración que no garantiza derechos y expulsa a las personas a los márgenes del sistema. “El Ayuntamiento de Pamplona y el gobierno de Navarra no sólo no están resolviendo, sino que están impidiendo que otros colectivos lo hagan”, afirmaron los organizadores.
Los convocantes hicieron un llamado a la ciudadanía a solidarizarse y apoyar estos proyectos de apoyo mutuo, y exigieron a las instituciones que ofrezcan una atención digna y garantizada a todas las personas que residen en Pamplona. “Es necesario un sistema de protección social inclusivo, sin parches, improvisaciones ni excusas”, concluyeron.
El acto fue respaldado por Apoyo Mutuo-Elkarri Laguntza, Fundación Elkarte, Haritu, Mugak Zabalduz, Oxfam, París 365 y Salhaketa Nafarroa, entre otros colectivos comprometidos en la lucha por la justicia social y la igualdad de derechos.