En una jornada fría pero multitudinaria, los peregrinos de la Segunda Javierada de 2025 han llegado este sábado a los pies del castillo de Javier para participar en la eucaristía presidida por el arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela, Monseñor Florencio Roselló.
En el dispositivo han participado de forma coordinada Policía Foral, Policía Municipal, Protección Civil, Cruz Roja y voluntarios conformando un dispositivo integral para asegurar el bienestar de los peregrinos. Según fuentes de Guardia Civil y Policía Foral, la asistencia estimada a las Javieradas en la jornada de este sábado ha sido de 160 autobuses y 1.888 turismos, lo que contabiliza a 15.552 personas.
“¡Qué bien estamos aquí!” (Lc. 9, 33a), ha exclamado el Arzobispo Roselló al inicio de su homilía, recordando las palabras de Pedro en el Monte Tabor. “A Javier venimos a estar bien. Es nuestra casa, no solo la de los navarros, sino la de todos los que viven y sienten el espíritu de San Francisco Javier”.
Roselló ha subrayado el carácter acogedor de este enclave espiritual: “Javier es casa de todos. Javier acoge a todos”. En su mensaje, ha enfatizado la inclusión de todas las realidades sociales, mencionando la presencia de inmigrantes, personas de la pastoral gitana, internos de la cárcel de Pamplona y enfermos. “En nuestra Iglesia caben todos, todos, todos”, ha insistido, alineándose con el mensaje del Papa Francisco.
El arzobispo también ha llamado a los fieles a no quedarse en la comodidad de la fe, sino a salir y anunciar el Evangelio: “San Francisco Javier nos empuja a volver a nuestra realidad, a abrazarla y comprometernos con ella. Nos llama a ser misioneros”.
En el 500 aniversario de la salida del santo desde Javier hacia las misiones, Roselló ha recordado a los casi quinientos misioneros navarros que han seguido su ejemplo: “Cada rincón de la misión es un nuevo monte Tabor, porque los misioneros navarros se han encontrado con el Señor”.
“Nuestra Iglesia necesita peregrinos valientes, cristianos orgullosos que hacen pública su fe. Vosotros representáis la alegría del Evangelio, se ve la alegría, ilusión. Una es la alegría que contagia. El Papa Francisco quiere en primer lugar y ante todo una Iglesia y un cristiano alegre que contrarreste la tristeza individualista que domina en la sociedad, quiere una Iglesia ilusionada, contagiosa de la alegría de venir a Javier, de disfrutar del día”.
La homilía ha concluido con un mensaje de alegría y testimonio: “Que volvamos a nuestras casas con la alegría de testimoniar que hemos estado en Javier. Que nos hemos encontrado con Jesús y con los miles de personas que también han venido a Javier”.
Sin incidencias destacables hasta el momento, la jornada ha transcurrido en un ambiente de fe, encuentro y hermandad entre los peregrinos.