Pamplona Actual

Manu Mendoza, uno de los últimos cristaleros de Pamplona que luchan por mantener vivo un oficio incierto

Manu Mendoza, de Cristales Amaya, mantiene vivo un oficio que no se aprende en las aulas, mientras enfrenta los cambios del mercado.

PUBLICIDAD

  • Manu Mendoza

Manu Mendoza, propietario de Cristales Amaya, se enfrenta a los desafíos de un oficio incierto. Con treinta y cuatro años de experiencia, es uno de los últimos cristaleros de Pamplona, un testimonio viviente de una profesión que se aprende en el taller y no en las aulas.

"Empecé en la cristalera con mi antiguo jefe y desde entonces sigo en ésto", comenta Mendoza a Pamplona Actual, quien se ha visto obligado a llevar, con apoyo constante en oficina e instalaciones fuertes y con contrato de su pareja Lucía, la empresa desde hace seis años, tras la partida de su socio. Pero, a pesar de los cambios en el mercado, ha mantenido su enfoque en la calidad y la atención personalizada.

El oficio de cristalero no solo requiere habilidad y precisión, sino también una gran dedicación. Mendoza se encarga de todo el proceso, desde medir y presupuestar hasta fabricar y colocar el cristal. Su especialidad son las pequeñas obras y arreglos de casa, como la instalación de mamparas, la separación de habitaciones y pequeños proyectos de decoración.

Sin embargo, Mendoza admite que no puede competir con las grandes cristalerías en proyectos de mayor envergadura, por lo que prefiere centrarse en los arreglos de casa y trabajos con aseguradoras, una actividad que ha incrementado en los últimos seis meses.

El sector de la cristalería ha visto un resurgimiento de estilos clásicos, como cristales biselados y con dibujos, aunque lo que predomina actualmente son los cristales lisos y translúcidos. "Es lo que se vende ahora", asegura este cristalero.

Uno de los mayores desafíos que enfrenta es la falta de jóvenes interesados en aprender el oficio. "No hay recambio generacional. De todos los cristaleros que conozco, la mayoría son de mi quinta o un poco más jóvenes. No hay gente joven que empiece ahora", lamenta.

Para él, la solución pasa por mayores ayudas del gobierno. "No puedo contratar a una persona para enseñarle porque supone una nómina y seguridad social que es muy complicado pagar en la actualidad",

A pesar de los desafíos, este cristalero sigue adelante con pasión y dedicación. Los interesados en sus servicios pueden contactarlo por correo electrónico en cristalesamaya@gmail.com o llamando al 948 23 20 90. También lo pueden contactar en el WhatsApp 649 96 60 13.

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN