Zizur Ardoi

¡Con este calor no hay quien duerma! Los termómetros comienzan a bajar y no pasarán de 37 grados

Después de varias jornadas a más de 40 grados durante el día y por encima de los 25ºC por la noche, la ola de calor comienza a remitir y sólo afectará hoy martes a la Ribera. Sólo esta zona estará en alerta amarilla hoy por altas temperaturas. La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología …

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Después de varias jornadas a más de 40 grados durante el día y por encima de los 25ºC por la noche, la ola de calor comienza a remitir y sólo afectará hoy martes a la Ribera. Sólo esta zona estará en alerta amarilla hoy por altas temperaturas.

La previsión de la Agencia Estatal de Meteorología anuncia que no se sobrepasarán los 37 grados en la Ribera y los 35ºC en Pamplona. En Isaba/Roncal y Lekaroz/Baztan tendrán un día más fresco, con máximas de 32 y 29 grados respectivamente. En cuanto a las mínimas, seguirán siendo altas, lo que dificultará el enfriamiento de la atmósfera de madrugada: 23ºC en Tudela y 20ºC en Pamplona.

Por lo demás, la jornada estará poco nubosa o despejada. Por la tarde, aumentará la nubosidad en áreas de montaña, que podría dar lugar a algún chubasco o tormenta aislados, en general de carácter débil. Los vientos serán flojos de componentes este y sur, y tenderán a flojos o moderados de componente norte por la tarde.

Para el miércoles se prevé un moderado descenso de las temperaturas, sobre todo de las máximas. Además, en la mitad norte, habrá intervalos nubosos, con posibles precipitaciones débiles en la vertiente cantábrica, y posibilidad de algún chubasco o tormenta débil en Pirineos. En el resto de la Comunidad estará poco nuboso o despejado, con algunos intervalos de nubes medias y altas.

Con la llegada de olas de calor el número de personas que sufren trastornos en el sueño se dispara. Intentar conciliar el sueño en las largas noches de verano puede convertirse en algo desesperante. En verano se duerme mal, sobre todo en las zonas libres de la influencia de brisas marina o aires serranos, es algo sabido por todos. Lo que no se conoce tanto es la explicación biológica que hay detrás.Todo mamífero que se precie tiene serias dificultades para dormir en situaciones tanto de calor excesivo como de frío. Concretamente, los seres humanos estamos preparados para descansar entre los 18 y los 22 grados. Todo lo que sea superior o inferior a esa franja de temperatura activa una especie de alarma interna que tenemos, cuya misión es la de despertarnos para avisarnos de que las condiciones climatológicas que nos rodean no son las más adecuadas para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.A pesar de que casi siempre acabamos por adaptarnos a las circunstancias y conciliar el sueño, no es tan probable, sin embargo, que consigamos dormir de un tirón o que superemos las cuatro horas de descanso. El resultado se ve al día siguiente: mal humor, cansancio y pavor a la siguiente noche que se nos avecina.

El malestar físico ocasionado por el insomnio se tiende a magnificar, lo que, sumado al incesante calor, se traduce en una tensión y un desasosiego tal, que se puede entrar en un círculo vicioso sin fin. Entre las recomendaciones habituales contra los trastornos del sueño, está establecer un horario regular de sueño, evitar las cenas copiosas y suspender las actividades del hogar o del trabajo antes de irse a la cama.

Un consejo específico para poder dormir en verano, y que es de sentido común, es reducir la temperatura ambiente bajando las persianas durante el día o recurriendo a alguno de los aparatos eléctricos que hoy día inundan el mercado. Se recomienda practicar algo de ejercicio físico por la noche, aunque nunca dos o tres horas antes de acostarse. Esto nos ayudará a tener un sueño más profundo, ya que el ejercicio físico aumenta al máximo nuestra temperatura y el cuerpo se ve obligado a tener que reducirla, lo que nos va a permitir soportar mejor el calor externo.

El acto de dormir es en sí un mecanismo que propicia una bajada de temperatura dada la drástica disminución de nuestra actividad física y mental. De hecho, esa es una explicación de que en climas tan calurosos como el nuestro exista la siesta: En el momento del día en que se da la temperatura máxima exterior, se pone en marcha una función de autorregulación que baja la temperatura corporal a través del sueño. Eso sí, para que no sea contraproducente, la siesta no debe exceder los 40 minutos.

Fuente: Diario de Navarra y Abcsevilla

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