La guerra por el talento que vive el entorno laboral y empresarial actual ha acentuado la necesidad que tienen las organizaciones de acertar en la identificación del talento, tanto de cara a incorporarlo a su plantilla como a desarrollarlo a nivel interno. La capacidad de las empresas para seleccionar profesionales de forma certera puede ser decisiva para el negocio, pues esas decisiones afectan a la productividad y al rendimiento de los equipos, a los costes de rotación, al bienestar y compromiso de los empleados y, cómo no, a la reputación corporativa.
A la hora de identificar al talento son muchas las preguntas e incógnitas que surgen, pero hay una cuestión que ha adquirido un peso significativo en los últimos tiempos. ¿Es más decisivo el encaje técnico o el encaje cultural? ¿Tienen más relevancia las habilidades técnicas o las habilidades interpersonales? ¿Cuentan con un peso mayor los conocimientos y experiencias o la alineación en cuanto a valores, propósito o visión?
Lo cierto es que responder con éxito y certeza a esta pregunta no es nada fácil. Probablemente, no exista una respuesta concreta que se pueda considerar correcta. Lo que sí está claro es que, cuando se busca acertar en la incorporación o identificación de talento, se debe tener en consideración tanto la vertiente cultural como la vertiente técnica. Pero, ¿en qué medida? ¿Tiene una más importancia que la otra?
Basándose en su experiencia, desde Bros Group, firma especializada en identificación y desarrollo de talento directivo y middle management, apuestan porque la faceta cultural tiene mayor relevancia no a la hora de contratar a un profesional, sino a la hora de crear vínculos laborales sólidos, sostenibles y productivos.
La vertiente cultural, clave para conseguir vínculos laborales sólidos, sostenibles y productivos
Por supuesto, es imprescindible que exista un ‘match’ técnico entre empresa y profesional, que dicho trabajador posea las habilidades técnicas, los conocimientos y las experiencias necesarias para poder desarrollar sus funciones. Pero, en los últimos tiempos, lo que de verdad está marcando la diferencia en la identificación de talento es el fit cultural, es decir, la alineación entre empresa y profesional en cuanto a valores, visión, propósito, equipo, estilo de liderazgo... En definitiva, en materia de cultura de empresa.
Y es que es ese ‘match’ cultural el que, según Bros Group, garantiza que las relaciones laborales sean más sostenibles y provechosas para ambas partes. “A la hora de identificar talento, ya sea interno o externo, en Bros Group otorgamos una importancia mayúscula tanto a la vertiente técnica como a la vertiente cultural, a través de un enfoque holístico. Eso sí, somos plenamente conscientes de que, especialmente en los últimos tiempos, lo que diferencia el éxito y el fracaso a medio/largo plazo es el encaje que pueda tener el profesional en cuestión con su equipo y con sus líderes; la alineación que pueda tener con la cultura corporativa de la organización, con sus valores, con su visión y con su propósito -más allá de lo meramente productivo y económico-; y, cómo no, la motivación con su presente o futuro puesto de trabajo, su nivel de responsabilidad, su reconocimiento y sus perspectivas de crecimiento”, explica Antonio Sagardoy, CEO de la compañía.
Por todo ello, a través de su sólida metodología, en Bros Group evalúan también aquellos elementos que van más allá de la faceta técnica, analizando las habilidades interpersonales y competencias de impacto e influencia, planificación y organización, liderazgo e iniciativa, así como la motivación que lleva a los trabajadores a buscar un nuevo rumbo laboral, hablando a nivel de desarrollo personal y profesional, nuevos objetivos, nuevas metas... siempre buscando el encaje cultural de los profesionales. "En cada proceso de selección o identificación de talento tratamos de entender de manera profunda la cultura de las organizaciones para garantizar el alineamiento absoluto entre compañía y profesional y que la relación profesional sea sólida, sostenible, saludable y productiva para todas las partes”, sentencia Sagardoy.
En definitiva, el encaje técnico puede asegurar que un profesional posea las habilidades necesarias para desempeñar unas funciones y tareas, pero, en la actualidad, es el encaje cultural el que determina el éxito y la solidez de la relación laboral. Un éxito que repercute de forma notable tanto a nivel de productividad como de costes, compromiso, bienestar y reputación corporativa.