En 2023, se registraron 616 accidentes laborales mortales durante la jornada de trabajo en el país. El dato, extraído del estudio del INSST, publicado recientemente representa una disminución del 16,2% respecto al año anterior en el que hubo 711 fallecimientos. A pesar de esto, el dato refleja que los accidentes mortales siguen siendo un problema en el que se debe poner el foco de la prevención, sobre todo en determinados sectores, destacando especialmente el agrario y el de la construcción.
El índice se situó en 3,1 accidentes mortales por cada 100.000 trabajadores, el dato puede parecer alentador, lo que no deja de ser paradójico hablando de muertes, refleja la necesidad de continuar implementando políticas y medidas. El objetivo siempre ha de ser el de “Cero muertes en el trabajo”.
La construcción y la agricultura siguen siendo al igual que en anteriores años los más afectados en lo que se refiere a mortalidad por accidentes laborales. Un índice de 10,8 accidentes mortales por cada 100.000 trabajadores hace del sector agrario uno de los más peligrosos (un ejemplo que nos haga entender este dato, es el altísimo número de vuelcos de vehículos agrícolas). La construcción alcanzó un índice de 10 puntos. Los datos triplican la media del país, de unos 3,1 accidentes por cada 100.000 empleados, y son mayores que otros sectores como el de la Industria, con un 4,4, o el sector Servicios, con 1,9.
En este contexto, disponer de herramientas preventivas avanzadas en la gestión de la PRL es básico para contribuir a mejorar la seguridad y bienestar en el trabajo. Empresas especializadas como e-coordina ofrecen soluciones innovadoras, como la gestión de riesgos laborales con tecnología mapping, que permiten una monitorización más eficiente de los riesgos, especialmente en sectores críticos como el de la construcción.
Los infartos y patologías sin trauma son las principales causas de muerte en el trabajo
En contra de lo que pueda parecer más del 43% las muertes en 2023 no estuvieron causadas por traumas, infartos, derrames cerebrales y otros problemas de salud relacionados con el estrés fueron las principales causas, siendo los más perjudicados los trabajadores con mayor edad en los que el riesgo es más elevado. Los infartos fueron la principal causa de muerte (52,7% en el sector servicios o un 45,6% en la industria).
Cabe destacar también, choques o golpes contra objetos inmóviles, que constituyeron más del 15% las muertes, seguidos de los accidentes en itinere (un 15,1%) y mucho más frecuentes en sectores como el transporte y logística por razones obvias, aunque hablar de lo obvio en referencia a la mortalidad resulte así de crudo.
Atrapamientos, aplastamientos y amputaciones constituyeron un 14,9% total de muertes en el sector agrario (24%) o industria (26,2%). Los datos fríos evidencian la necesidad de promocionar la cultura preventiva en este tipo de entornos laborales o centros de trabajo.
La edad también es un factor clave en la mortalidad por accidentes de trabajo
El índice de mortalidad se dispara a partir de la edad de 50 años, incrementándose aún más entre los 55 y 59 años, donde este alcanzó casi los 7 accidentes mortales por cada 100.000 trabajadores. Además, son los hombres quienes sufren accidentes mortales, con una tasa 13 veces mayor que las mujeres.
Los datos determinan que en 2023 los trabajadores mayores de 60 años son los más vulnerables no si se habla de número de accidentes, pero sí se hace de mortalidad en los mismos. El dato sugiere la necesidad de adoptar medidas específicas para proteger a los trabajadores de mayor edad. Por ejemplo revisiones médicas más frecuentes o implementación de políticas laborales adaptadas.