El presidente de ANEL, Ignacio Ugalde, valoró la reciente noticia en torno a la conversión en cooperativa de una empresa de la importancia y el tamaño de Duralex, la conocida popularmente como «la Torre Eiffel de la vajilla». «Es una información muy importante y valiosa en lo que tiene de simbólico aunque en el caso de nuestra asociación viene a confirmar una línea de trabajo en la que venimos actuando desde hace muchos años y que nos ha situado como referencia estatal«, comentó Ugalde.
Así, recordó los procesos de transición completados por empresas como Muebles Salcedo de Viana, Tafinox, SEYMAN, AZ Metrology Services o Tafalla Iron Foundry, por citar algunos ejemplos. «Son casos de éxito en los que el acompañamiento y el asesoramiento de ANEL fueron cruciales para que pudieran superar las serias dificultades que enfrentaron algunas o, en el caso de otras, su cambio de un modelo mercantilista a otro cooperativista. En todo caso, con su cooperativización, no solo se salvaron los puestos de trabajo, sino que también se establecieron las bases de un modelo de negocio sostenible, con valores y visión de futuro, lo que las ha convertido en un motor de desarrollo y riqueza para las comarcas donde están ubicadas», destacó Ignacio Ugalde.
RECONVERSIONES Y TRANSFORMACIONES
Precisamente, siguiendo esa línea de trabajo, ANEL ha mantenido en estos últimos años diversos contactos y líneas de trabajo abiertas con las autoridades de la Comunidad foral a las que trasladó la importancia de apoyar la reconversión y transformación de empresas en cooperativas y sociedades laborales. «Muchas empresas podrían ser viables de la mano de sus propios trabajadores. Lo único que se requiere es una mínima colaboración público-privada que agilice los trámites burocráticos necesarios para poder completar el proceso con garantías y en un plazo razonable», comentó Ugalde.
Bajo su punto de vista, además, las oportunidades y beneficios que aporta el proceso son innegables. En primer lugar, se aseguran los puestos de trabajo y se evitan tanto la destrucción de una idea de negocio consolidada y reconocida en el mercado, como el impacto negativo que puede representar para el territorio el despido masivo de trabajadores y la falta de nuevas perspectivas laborales donde recolocarlos. En esa misma línea, otra fortaleza del proceso tiene que ver con la aplicación de los valores y principios de la Economía Social.
En cuanto al proceso de cooperativización, ANEL sigue un protocolo que incluye diferentes etapas. Todas ellas tienen como único objetivo evitar la perdida del mercado, producto y, sobre todo, del empleo de empresas que cesan su actividad. Así, el primer paso es analizar la viabilidad de un nuevo proyecto, como Sociedad Laboral o Cooperativa. «Si es viable los extrabajadores de estas empresas aportan su capitalización del desempleo y se intentan quedar con los bienes de producción que necesiten en la liquidación a través del concurso de acreedores de la empresa», informó el técnico de ANEL, Alberto Morentin.
Para completar con éxito el proceso, según Morentin, «es fundamental ser riguroso, debe existir un mercado y se debe redimensionar el nuevo proyecto para que pueda salir adelante». En ese sentido, insistió en que la mayoría de estos casos «son procesos complejos, en los que intervienen muchos factores, con una carga emocional y humana muy fuerte. De ahí que cada reconversión completada sea un logro por las implicaciones que tiene, además, en la zona donde opera la empresa y la actividad directa e indirecta que genera», añadió.
«Desde ANEL queremos animar a empresas y trabajadores de la Comunidad foral que estén en un momento de dificultad que pueda poner en riesgo el negocio a que acudan a nosotros para que les apoyemos en el estudio de una posible Proceso de Reconversión. Merece mucho la pena», finalizó su presidente, Ignacio Ugalde.